No tengo madre
y no estoy triste,
tengo tres padres
y unos juguetes
que son geniales
para invocar
las tempestades.
Un hacha roja
que parte el cielo,
un fuelle enorme
despierta al viento,
con el trabuco
retumba el trueno
y la pimienta,
muy bien molida,
llama a la lluvia
de la saliva
del estornudo.
¡Menuda risa!