Hace ya la friolera de 16 años que la revista Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil (CLIJ) publicó un artículo sobre el trabajo de la especialista alemana en LIJ Bettina Kümmerling-Meibauer, responsable de la Enciclopedia internacional de clásicos de la literatura infantil y juvenil (en alemán: Klassiker der Kinder-und Jugendliteratur: Ein internationales Lexikon. 3 volúmenes).
En esa obra, Bettina Kümmerling-Meibauer analiza 534 obras de 65 países y establece los 8 criterios que determinan si un libro merece ser considerado clásico de la literatura infantil. La autora aclara que, para ella, es suficiente cumplir 3 de los 8 requisitos establecidos para incluir la obra en su selección.
El tiempo transcurrido no ha hecho, a mi juicio, más que afianzar la propuesta de la autora y por ese motivo quiero compartirla de forma resumida aquí.
Estas son las 8 caras de un clásico de LIJ:
- Innovación: servir de modelos para otros.
- Representatividad: ser importante en un país o un género.
- Valor estético del lenguaje: aportar nuevas formas lingüísticas, calidad en la reproducción del lenguaje de los chicos.
- Sencillez: transparencia o adaptación apropiada a la psicología del destinatario.
- Representación de la experiencia que el niño tiene del mundo: ser convincente al mostrar el mundo interior y las reacciones del niño.
- Fantasía: integración coherente de lo fantástico y lo realista.
- Polivalencia: permitir varias interpretaciones tanto en el desarrollo de la trama como en el desenlace.
- Cross-writing: el libro gusta a otros lectores diferentes a los previstos.
[Revista CLIJ, nº 174, septiembre 2004]